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Obras de navegabilidad del río magdalena afectarían a 42000 pescadores

La profesora Rocío Delvalle, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), señaló que las obras de navegabilidad del río Magdalena afectarían a cerca de 42.000 pescadores, mientras que las empresas que transportan carbón e hidrocarburos serían las mayores beneficiadas con este proyecto.

La bióloga consideró que es complejo desarrollar este proyecto sin afectar a los pescadores y al ecosistema, a lo que se suma el conflicto con la minería, puesto que muchos de los que impulsan estas obras serían los mismos que extraen minerales y carbón en el país.

“En el Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), se especifica que este tipo de obras son más favorables para el transporte de productos no perecederos de gran volumen, como por ejemplo los combustibles y minerales, para que se hagan en menor tiempo y a menor costo”, señaló la profesora.

Para Del Valle, otra preocupación que se ha generado con este proyecto es que las obras de encauzamiento del río Magdalena pretenden, además de alterar la dinámica del caudal, realizar dragados para retirar sedimentos depositados en el afluente y combatir la erosión.

“En la medida en que se fija el cauce se restringe que el agua pueda cambiar de curso, además de aplicar concreto por los lados. Tales factores alteran la dinámica natural del río, razón por la cual este proyecto no es sostenible para el afluente”, explicó la investigadora.

En ese sentido, esta intervención cambiaría las velocidades y los volúmenes de agua afectando las riberas inundables, ya que ecosistemas como las ciénagas no recibirán el agua, y estos dependen de dinámicas naturales tanto de inundaciones, en los que el agua los revive, les da nuevos nutrientes, los oxigena, como de las sequías, en donde se dan una serie de situaciones biológicas de cada uno de los ecosistemas.

 

CONCESIONES PORTUARIAS

La investigadora también destacó que aunque en el contrato del proyecto de navegabilidad no se estipula la creación de un puerto, esta obra está muy ligada a una serie de concesiones portuarias que se hicieron y se harán sobre el río Magdalena.

“Un caso particular es el de Gamarra (Cesar), donde cerca de un playón frecuentado por los pescadores se está pensando establecer un puerto enorme, más grande que los de la rivera del Magdalena, lo que implicaría la compra de predios, además de militarizar la zona”, señala la bióloga.

Del Valle explicó que aunque un proyecto de esta envergadura no necesitaba un estudio de impacto ambiental, la obra tenía tres etapas, dos de preconstrucción y una de construcción. En la primera estaban incluidos solo los dragados, que era lo que se venía haciendo, y en la segunda las obras de encauzamiento, que es lo que requiere de un estudio de impacto ambiental. No obstante, a la fecha nunca halló el estudio de Navelena y aclara que, si lo realizaron, nunca lo hicieron público.

“Para la obra de encauzamiento del río Magdalena en el tramo Puerto Salgar y Barrancabermeja, el nuevo asociado privado tendrá que ejecutar el estudio de impacto ambiental correspondiente“, explica.

La experta consideró que es importante que se realicen nuevos estudios que permitan ver en qué épocas del año y en qué condiciones el río es navegable para los intereses particulares y así realizar exportaciones en una época determinada del año, sin alterar las dinámicas del afluente.

La investigadora señaló que este proyecto de recuperación ha continuado a pesar de los escándalos que se generaron alrededor de los incumplimientos en el cierre financiero de Navelena, socio de Odebrecht, que causó la caducidad del contrato, y con el nuevo proceso de licitación posiblemente este proyecto se adjudique a finales de mayo. Bogotá Colprensa.

 

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