HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Los  ‘delfines’ que llegan al nuevo Congreso

Fueron elegidos y llegan por primera vez al Congreso, Carlos Mario Farelo Daza, José Luis Pinedo Campo y Hernando Guido Ponce. Los tres, son representantes de casas políticas que han participado por años, en la vida democrática del departamento y el país.

 

 

El viejo dicho que la política se hace en casa y se mantiene en casa, será muy evidente en el próximo Congreso de la República en donde estarán presentes los llamados ‘delfines’, que mantendrán en vigencia a varias castas que en el pasado marcaron historia en la política colombiana.

Y no es un caso particular del Magdalena ni del Caribe colombiano. Es un hecho nacional y casi que universal. Lo que ocurre es que aquí queremos ser más papistas que el papa, vemos la paja en el ojo ajeno y no nos damos cuenta que en el nuestro lo que tenemos es una ´cipote´ tranca.

Pero además, nos arropamos de una falsa moral y la sociedad es hipócrita al momento de hacer evaluaciones y señalamientos.

Vamos solamente a mencionar un solo caso, porque de lo mismo hay regado por todo el continente. En los Estados Unidos, donde se precian en señalar que tiene el sistema democrático más perfecto del mundo —tan perfecto que llegaron al extremo de la irresponsabilidad de elegir al señor Donald Trump como presidente de la Nación—por décadas ha existido un verdadero clan dentro del Partido Demócrata conformado por la familia Keneddy. Y con todos los escándalos que uno se pueda imaginar. Pero para los Kennedy no existen los términos ´barón´, ´cacique´, ´pluma blanca´, ´politiquero´, ´manzanillo´ y todas esas clases de epítetos con los cuales somos especialistas en graduar a los políticos de aquí.

Y antes de seguir, hago una claridad de manera categórica y contundente:  no defiendo a nadie. Ni más faltaba. No actúo de defensor de oficio de nadie, ni de una clase política que ha tenido más errores que aciertos. Solo que resulta detestable que unos opinadores se abroguen la facultad de pontificar y repartir cloro a diestra y siniestra, sin darse cuenta que el estiércol les cae encima.

 

EN EL MAGDALENA

Por el departamento del Magdalena fueron elegidos hace una semana Carlos Mario Farelo Daza, un joven administrador de empresas de 32 años de edad, quien a nombre del Partido Cambio Radical se convirtió en la verdadera sorpresa electoral tras alcanzar 56.628 votos. Es ´delfín´ porque es hijo de la exalcaldesa de Ariguaní  Zunilda Daza, un hogar donde la política es como la taza de café en los pueblos: infaltable. Carlos Mario desde que nació no ha visto nada distinto en su casa que ver a sus mayores y toda la familia hacer política. Para él no es nada extraño las camisetas, las gorras, las pancartas, una tarima, el perifoneo por las polvorientas calles del pueblo, y el río de gente que en cada debate se pasea por su residencia como Pedro por su casa. A quienes critican el ´delfinazgo´ preferirían ver a esos jóvenes no irrumpir en política, sino que fueran taxistas o en cualquier otro oficio. Grave error y equivocación, acompañada de una miopía torpe y generadora de odio, que es en el fondo lo que siente quienes se convierten en críticos o más bien enemigos de unas personas a las que les asiste todo el derecho que le consagra la Carta Política en elegir y ser elegidos.

Pero como la hipocresía de la sociedad colombiana no tiene límites y piden prohibición para todo, promovamos un articulito y llevémoslo a rango constitucional que disponga: nadie podrá ser elegido para un cargo popular, ni ejercer un empleo público, ni tampoco privado, si es familiar en cualquier rango de consaguinidad, civil o de afinidad, con quien haya ejercido anteriormente una función pública, o condenado por autoridad y mandato de ley. Y listo. Con ese artículo incluido en la Constitución se acaban lo ladridos de perros que dan los precursores de la moral en este país. ¿Quién se atreve a promoverlo, llevarlo al Congreso y buscar su aprobación?. Nadie, porque para eso no somos valientes, quedan retratados de cuerpo entero los cobardes de la moral y se esconden frente al debate y lanzan piedras para que le caiga al primero que se asome.

Otro ´delfín´ elegido el 11 de marzo fue el también administrador de empresas José Luis Pinedo Campo, quien alcanzó una curul en la Cámara de Representantes por el partido Cambio Radical.

Sus raíces políticas datan desde el expresidente José María Campo Serrano, pasando por sus bisabuelos, abuelos y padre. Para Pinedo Campo tampoco le es extraño los avatares de la política; la ha vivido desde antes de nacer y cuando su madre estaba en gestación ya escuchaba los discursos de su abuelo Miguel Pinedo Barros o de su padre Miguel Pinedo Vidal. O también por los lados de su corriente sanguínea materna, con Alfonso Campo Murcia y  sus familiares que incursionaron en política.

José Luis Pinedo se ha hecho en el campo profesional con seriedad, honestidad, servicio, generando una simpatía propia entre la gente y de la que él no es responsable, todo lo contrario, se constituye en una virtud y sensibilidad humana que ojalá todos los seres pudiéramos tenerla. Pero los moralistas lo censuran por ser hijo de Miguel Pinedo, y es ahí donde entra la doble moral de la sociedad. No cuestionan a otros políticos con todos sus defectos y virtudes, sino al que se quiere destruir y ello resulta inaceptable y detestable. Sin embargo, recurren al AS de que de la calumnia algo queda, o simplemente por la fobia que despierta el que no haya resultado elegido el candidato de sus simpatías. Así de sencillo.

Sigamos. Hernando Guido Ponce. No tan ´delfín´, pero al fin y al cabo representante de una casa política que ha detentando los espacios propios que genera la democracia; nos referimos desde luego a la familia Díazgranados Alzamora, con un protagonismo en la vida política del Magdalena y del país de hace más de medio siglo. Guido Ponce sobrino político del exministro y exsenador ya fallecido José Ignacio Díazgranados Alzamora, primo del excongresista y exministro Sergio Díazgranados Guida y del exparlamentario Eduardo Díazgranados Abadía.

Además tenemos elegidos como parlamentarios a los ´repitentes´ Kelyn González y Franklyn Lozano De La Ossa, quienes alcanzaron votaciones muy significativas, que para el caso del Partido Liberal con la señora González, es la verdadera resurrección de una colectividad que en los últimos debates se había venido a menos. Hoy, sin la presencia de quienes eran los caracterizados jefes del Partido de Olaya Herrera, se abren paso nuevas generaciones que muy seguramente  no serán inferiores a la oportunidad histórica de la renovación por la fuerza de los votos.

En otras regiones, como el Atlántico, se eligió a otro ´delfín´  Arturo Char, hijo del exsenador y exministro Fuad Char y hermano de Alejandro, el Alcalde de Barranquilla.

En Bolívar repiten Andrés Felipe García Zuccardi, hijo de los excongresistas Juan José García y Piedad Zuccardi; Nadya Georgette Blel Scaff y Fernando Nicolás Araújo, hijo del exministro Fernando Araújo.

 

OTROS ELEGIDOS

El Centro Democrático, el partido del expresidente Álvaro Uribe, tendrá en el Senado a dos congresistas que se identificaron por mucho tiempo con el conservatismo. Santiago Valencia, la renovación de los Valencia Cossio, hijo del otrora jefe Fabio Valencia, quien se eligió con 35.351 votos y llega de la Cámara de Representantes.

El otro delfín es Ciro Alejandro Ramírez Cortes, hijo del jefe conservador Ciro Ramírez Pinzón. El nuevo senador salió electo con 36.677 votos, la sexta más alta del uribismo y actualmente es representante a la Cámara.

De la filas del uribismo también estará otro hijo de un conservador, se trata de Óscar Leonardo Villamizar, quien ganó una curul en Santander.

Él es hijo del exsenador Alirio Villamizar. El nuevo congresista sacó 37.068 votos el domingo.

Pero los delfines navegan en otros departamentos. En el Valle del Cauca este fenómeno también es evidente con la llegada a la Cámara de Representantes de Fabio Fernando Arroyave, que con 28 años llega a ocupar la curul que ocupará su padre hasta el próximo 20 de julio.

La lista de los delfines aparece otro, el exgobernador Richard Aguilar  llegó al Senado de la República a mantener las banderas de los Aguilar, con cerca de 76.000 votos. Él es hijo de coronel y exgobernador de Santander, Hugo Aguilar.

Otra más, la señora Esperanza Andrade, hermana del senador y presidente del Partido Conservador, Hernán Andrade

En el liberalismo Juan Manuel Galán dejó su curul para darle paso a nuevos delfines liberales en el Congreso de la República.

Uno de ellos, es el hijo del emblemático Horacio Serpa, Horacio José Serpa, quien dejó el Concejo de Bogotá para ocupar la silla que dejará su progenitor al término de esta legislatura.

La otra curul que se podría decir que quedó en manos de un nuevo delfín es la de John Besaile Fayad, quien es el hermano del detenido senador Musa Besaile, a quien le procesan por el llamado Cartel de la Toga.

Pese a estar acusado por los delitos de peculado por apropiación y cohecho por dar u ofrecer dádivas para desviar su caso por presunto paramilitarismo, el encarcelado Besaile logró posicionar a su hermano con 77.448 votos, la mayoría de ellos recogidos en la costa Caribe.

Cabe recordar que Musa fue el senador más votado en las elecciones legislativas de 2014.

 

LOS DE LA IZQUIERDA

Pero la figura del ´delfín´ no solo es para los políticos tradicionales. También los hay en la izquierda. Ahí tenemos que resultó elegida  María José Pizarro, quien llega por primera vez al Congreso, con las banderas de su padre, el asesinado líder del M-19 Carlos Pizarro. Fue elegida por la llamada Lista de la Decencia. Ella alcanzó 77.800 y será representante a la Cámara por Bogotá.

La Alianza Verde tendrá en sus filas al hijo de una tradicional dirigente. Se trata de Juan Luis Castro Córdoba, hijo de la exsenadora y hoy candidata presidencial Piedad Córdoba. El nuevo senador ganó la curul con 22.117 votos. Hace cuatro años ya había aspirado al Senado en la lista del Partido Liberal, pero no le alcanzó.

El anterior análisis refleja la composición de un Congreso eminentemente político, donde llegan quienes han estado involucrados directa o indirectamente con el ejercicio de la política, y de eso trata la democracia; como también llegan nuevos representantes que gracias a esos mismos espacios que genera la democracia, pueden hoy ostentar la condición de legisladores. No puede ser que para los primeros es malo resultar elegido congresista, mientras que para los segundos, ello se constituyan en próceres de la Patria. Ahí está la doble moral de la que tanto hablamos, de la hipocresía con la que se arropa una sociedad que ha abandonado sus valores y principios para hacer de lo mediático y light, el pan nuestro de cada día.

 

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