HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Un video ofreciendo soborno ‘tumbó’ al presidente Kuczynski

Pedro Pablo Kuczynski, el «gringo» que llegó hace 20 meses a la presidencia de Perú anunciando que lideraría «un gobierno de lujo» dejó este miércoles el poder, acosado por el escándalo de corrupción de la brasileña Odebrecht.

 

Pedro Pablo Kuczynski renunció ayer a la presidencia de Perú, un día antes de que el Congreso votara una moción para destituirlo por sus supuestos lazos con la empresa brasileña Odebrecht.

La salida de Kuczynski genera incertidumbre en el país que será anfitrión en abril de la Cumbre de las Américas, a la que asistirá el mandatario estadounidense Donald Trump y una treintena de gobernantes más, incluido el venezolano Nicolás Maduro, pese a haber sido eliminado de la lista de invitados.

«Pienso que lo mejor para el país es que yo renuncie a la presidencia de la república», dijo Kuczynski en un mensaje al país por televisión hacia las 14h40 locales (19h40 GMT), acompañado por los miembros de su gabinete ministerial.

Tras recibir la carta de renuncia de Kuczynski, el presidente del Congreso, el opositor Luis Galarreta, inició una reunión con los líderes de las bancadas para examinar los pasos a seguir. Entre las posibilidades está que rechacen la renuncia e insistan con la moción de destitución este jueves.

«No quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de la unidad y armonía que tanto necesita y a mí me negaron», agregó Kuczynski, de 79 años, primer presidente que pierde su puesto por el escándalo de Odebrecht. 

La empresa brasileña confesó que pagó a políticos y empresarios latinoamericanos millones de dólares en soborno y dádivas para asegurarse contratos de obras públicas.

La presión contra Kuczynski creció en las últimas horas tras la divulgación de un video que muestra a Kenji Fujimori intentando convencer a otros parlamentarios de que apoyen a Kuczynski con la promesa de obras públicas en sus distritos. El apoyo de Kenji evitó la destitución del presidente peruano en diciembre.

A cambio, Kuczynski indultó a Alberto Fujimori (1990-2000), que cumplía 25 años de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad. Pero la maniobra también desató una guerra interna en el partido Fuerza Popular que lidera su hermana Keiko.

Kenji y otros 12 diputados que lo apoyan fueron expulsados o se marginaron del partido mayoritario en el Congreso.

 

 LA MALDICIÓN ODEBRECHT

Las mentiras del presidente sobre sus presuntos vínculos con Odebrecht cuando era ministro de Economía en el gobierno de Alejandro Toledo -sobre el que pesa también una orden de extradición por haber recibido 20 millones de dólares de la constructora brasileña- terminaron por cavar su tumba política.

Odebrecht reveló que había pagado casi cinco millones de dólares por asesorías a empresas ligadas a Kuczynski cuando era ministro, lo que él siempre había negado.

La constructora admitió además que hizo aportes de campaña en 2006 y 2011 a los últimos cuatro ocupantes del sillón presidencial peruano, incluido Kuczynski, y a Keiko Fujimori.

Según analistas, Kuczynski no tenía ninguna posibilidad de superar la moción de destitución prevista este jueves.

Un sondeo de la firma Ipsos reveló la semana pasada que el 58% de los peruanos cree que Kuczynski debe ser destituido, contra un 37% que estima que debe seguir hasta 2021.

 

ASCIENDE EL VICEPRESIDENTE

Lo debe sustituir el vicepresidente -Un panoramos político golpeado: con «un fujimorismo demasiado fuerte y partidos políticos muy poco estructurados, Perú revive sus viejos demonios que han desencadenado un rechazo a la clase política», afirmó Gaspard Estrada, director de Observatorio Político de América Latina y del Caribe (OPALC) de la Universidad de Ciencias Políticas de París.

Kuczynski debe ser sustituido por el primer vicepresidente y actual embajador en Canadá, el ingeniero Martín Vizcarra, quien debe completar el actual periodo de gobierno, que culmina en julio de 2021.

Sin embargo, si ninguno de los dos vicepresidentes aceptara el mando, llegaría a la casa de Gobierno el presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta.

Éste tendría que convocar nuevas elecciones, escenario que ningún partido desea en momentos de desprestigio de los políticos por los escándalos de Odebrecht.

La incertidumbre política, en tanto, está erosionando la economía peruana.

«Estamos viviendo un panorama complicado porque la economía está sintiendo el impacto de la inestabilidad política ligada al presidente», dijo a la AFP el economista Jorge González Izquierdo, quien explicó que la economía nacional está creciendo en los últimos meses por debajo de las previsiones.

LIMA AFP

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