HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Los vicepresidentes

La constitución de los Estados Unidos contempló desde sus inicios la figura del vicepresidente. Según ella el vicepresidente será presidente del Senado, pero no tendrá voto sino en el caso de empate. Es elegido en la misma fórmula que el presidente y es de su mismo partido porque está llamado a sucederlo.

La Constitución colombiana de 1991 restableció la figura del vicepresidente que acompañó nuestras constituciones desde los inicios de la república y desapareció en la reforma de 1910, para ser sustituida por la del designado, cuya función era la de reemplazar al presidente en sus ausencias temporales o absolutas.

En los términos de la Constitución actual “el Vicepresidente de la República será elegido por votación popular el mismo día y en la misma fórmula con el Presidente de la República.  […] El Vicepresidente tendrá el mismo período del Presidente y lo reemplazará en sus faltas temporales o absolutas, aun en el caso de que éstas se presenten antes de su posesión […] En caso de falta absoluta del Presidente de la República, el Vicepresidente asumirá el cargo hasta el final del período […]  El Presidente de la República podrá confiar al Vicepresidente misiones o encargos especiales y designarlo en cualquier cargo de la rama ejecutiva. El Vicepresidente no podrá asumir funciones de Ministro Delegatario.”  El artículo 196 establece que “El Ministro Delegatario pertenecerá al mismo partido o movimiento político del Presidente”. El artículo 203 establece algo similar en el caso de que falte el vicepresidente que esté ejerciendo la presidencia: “La persona que de conformidad con este artículo reemplace al Presidente, pertenecerá a su mismo partido o movimiento”.

Mi punto a tratar hoy es que el vicepresidente tiene vocación de presidente y debería ser escogido por el candidato a conformar su fórmula teniendo en cuenta esa consideración y la disposición constitucional de que pertenezca “al mismo partido o movimiento”.

Para la próxima elección la composición de las fórmulas vicepresidenciales no recoge esos principios. Se han ido conformando por razones de conveniencia política y de sumatoria de votos y no por las condiciones de los candidatos. Aceptemos que las consultas podrían haber conformado un solo movimiento político, teniendo en cuenta que, en el caso de la derecha, se pactó que el precandidato que la perdiera iría de vicepresidente. Es lo que ha sucedido con Duque y  Marta Lucía. Y debería hacer sucedido en la de Petro y de La Calle pero no fue así. El primero escogió a la  representante a la Cámara por la Alianza Verde Ángela María Robledo, a pesar de que la Alianza apoya oficialmente a Sergio Fajardo, otro candidato. En el caso de la Calle, su fórmula es Clara López, expresidenta y disidente del Polo Democrático -que tiene su propio candidato- y quien fuera ella misma aspirante.  La pregunta que cabe hacer es si estos candidatos a la vicepresidencia pertenecen al mismo partido o movimiento y si tienen una ideología política esencialmente igual. La respuesta es que, fuera de Vargas y Pinzón y, probablemente, de Petro y Robledo, no es así. Los candidatos escogieron a su vicepresidente por pura conveniencia de votos sin pensar en que son sus hipotéticos reemplazos en la más alta dignidad de la nación.

El caso de los candidatos de derecha es distinto. No solamente salieron en la misma consulta sino que tienen una clara identidad ideológica. Si la elegida hubiera sido Marta Lucía, seguramente el Centro Democrático hubiera apoyado su candidatura.

*Abogado

 

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