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Santa Marta dio muestra de humildad y fervor

Los niños ‘Carabineritos’ de la Policía Nacional también fueron invitados a participar del acto litúrgico en la Catedral.

 

 

Las diferentes parroquias de la ciudad recibieron a todos los fieles, que en un acto de fe y devoción, conmemoraron la Última Cena del Señor, la institución de la Eucaristía y el Lavatorio de Pies.

 

El Jueves Santo es el día en que se instituyó la Eucaristía, el sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo bajo las especies de pan y vino.

Cristo tuvo la Última Cena con sus apóstoles y por el gran amor que nos tiene, se quedó con nosotros en la Eucaristía, para guiarnos en el camino de la salvación.

Por eso, todos los fieles samarios aceptaron la invitación para celebrar la cena instituida por Jesús y a revivir el don del Cuerpo y la Sangre que Cristo dejó, y sentir el compromiso de servir a nuestros hermanos.

Fue una tarde-noche santa en la que las parroquias de la ciudad se colmaron de personas, para conmemorar esta fecha especial, que incluye el Lavatorio de Pies, una tradición religiosa en la cual estamos invitados a hacer más caritativos con nuestros hermanos en Cristo.

 

MENSAJE DEL PAPA

Desde El Vaticano, El Papa Francisco también dio su mensaje durante su homilía de la Misa Crismal, celebrada en la mañana del jueves, en la Basílica de San Pedro y en la que recordó que “El Señor eligió ser alguien cercano a su pueblo”.

“Al leer los textos de la liturgia de hoy me venía a la mente, de manera insistente, el pasaje del Deuteronomio que refiere la cercanía de Dios y nuestra cercanía apostólica”, dijo el Papa Francisco al comenzar su homilía en el inicio del Triduo Pascual de este año, que empezó, precisamente, con la solemne celebración de la Santa Misa Crismal.

Dirigiéndose a los queridos hermanos, y de modo especial a los sacerdotes de la diócesis de Roma y de las demás diócesis del mundo el Santo Padre explicó que en este texto del profeta Isaías contemplamos al enviado de Dios ya “ungido y enviado”, en medio de su pueblo, cercano a los pobres, a los enfermos, a los prisioneros… y al Espíritu que “está sobre él”, que lo impulsa y lo acompaña por el camino.

“También en el Salmo 88 – prosiguió – vemos cómo la compañía de Dios, que ha conducido al rey David de la mano desde que era joven y que le prestó su brazo, ahora que es anciano, toma el nombre de fidelidad: la cercanía mantenida a lo largo del tiempo se llama fidelidad”, expresó.

Mientras en el Apocalipsis – dijo también el Papa – nos acerca, hasta que podemos ver “al Señor que siempre está viniendo”.

De ahí que la alusión a que “lo verán los que lo traspasaron” nos hace sentir que siempre están a la vista las llagas del Señor resucitado, siempre está viniendo a nosotros el Señor si nos queremos “hacer próximos” en la carne de todos los que sufren, especialmente de los niños.

Por último en la imagen central del Evangelio de ese día, el Pontífice destacó que “contemplamos al Señor a través de los ojos de sus paisanos que estaban fijos en él”. Sí, porque “Jesús se alzó para leer en su sinagoga de Nazaret. Le fue dado el rollo del profeta Isaías. Lo desenrolló hasta que encontró el pasaje del enviado de Dios y terminó estableciendo la cercanía tan provocadora de esas palabras: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que acaban de oír”.

 

LA VERDAD ES FIDELIDAD

Sin embargo, el Pontífice hizo notar que aún nos falta incorporar más el hecho de que la cercanía es también la clave de la verdad. 

En cuanto al hecho de acudir a María, Madre de los sacerdotes, el Papa Francisco sugirió invocarla como “Nuestra Señora de la Cercanía”; o sea, como una verdadera madre que camina con nosotros, lucha con nosotros y derrama incesantemente la cercanía del amor de Dios, de modo tal que nadie se sienta excluido.

Por esta razón, al final de su homilía, el Papa Bergoglio sugirió a los sacerdotes meditar tres ámbitos de cercanía sacerdotal en los que estas palabras: “Hagan todo lo que Jesús les diga” deben resonar – de mil modos distintos pero con un mismo tono materno – en el corazón de las personas con las que hablamos: el ámbito del acompañamiento espiritual, el de la confesión y el de la predicación.

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