El encanto de la Semana Santa

Más allá de este título, son celebraciones con cinco siglos de tradición, donde las nuevas generaciones van heredando sus distintas funciones. / COLPRENSA

 

Desde hace 38 años las actividades que se realizan durante la Semana Santa en Málaga, España, recibieron la declaración de Interés Turístico Internacional, con una serie de grandes desfiles que se realizan desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección por todo su centro histórico.

 

Más allá de este título, son celebraciones con cinco siglos de tradición, donde las nuevas generaciones van heredando sus distintas funciones dentro de las actividades, sea llevando en sus hombros los tronos, abriendo el cortejo, haciendo parte de la banda musical o tras escena en el mantenimiento y construcción de los tronos.

Todo se desarrolla a través de cofradías o hermandades que durante el año realizan todas las preparaciones para Semana Santa, buscando ingresos y donativos para el mantenimiento de los tronos y el vestuario, pero además, para realizar eventos de caridad, con ayuda a centros de asistencia para niños o ancianos.

Si bien, en España son tradicionales este tipo de festividades religiosas, en la ciudad que pertenece a la región de Andalucía y es costera con el Mediterráneo se marcan algunas diferentes importantes que la han hecho más atractiva, aunque Sevilla siga siendo una de las ciudades más visitadas en Semana Santa.

Las estructuras sobre las que son portadas las sagradas imágenes son denominadas en Málaga tronos, que son muy diferentes a los pasos de otras ciudades, donde suelen ser llevados por los costaleros apoyados en el cuello, mientras que en Málaga, los hombres de trono meten su hombro debajo de piezas de metal o madera.

Cada cortejo suele contar con dos tronos, uno dedicado a Cristo y otro a la virgen. Los espectadores empiezan a observar el paso de los penitentes, que suelen llevar grandes velones, pero en ocasiones libros, faroles o aquellas promesas por las cuales hacen este tipo de recorridos.

En promedio, cada trono gigante pesa unos cinco mil kilos, por lo cual se requiere de decenas de portadores, y son tan grandes que no caben por las puertas de las iglesias de la ciudad. Los recorridos se hacen mientras que desfiles militares, de distintas partes de España, tocan marchas procesionales o cantan sus himnos durante el recorrido.

Por las calles se pueden encontrar con el Cristo de la Agonía y la Virgen de las Penas adornada con un bello manto elaborado con flores frescas creado por los jardineros municipales. Nazarenos Dominicos acompañan al Cristo de la Humillación y la Virgen de la Estrella. También aparece El Rescate, que durante el año es una capilla callejera recibe la oración y devoción durante todo el año. Además, La Sentencia que acompañado por el ejercito de tierra se pasea por Málaga y la Virgen del Rocío llamada la novia de Málaga por ir vestida de blanco.

Un espectáculo que se disfruta con los cinco sentidos, entre miles de nazarenos y penitentes que recorren la ciudad en distintos horarios, hasta después de la media noche, con la luz de los cirios y el color de sus vestimentas.

A diferencia del turista que va recorriendo la ciudad y se va encontrando los recorridos, los malageños se programan con anticipación para salir a ver las cofradías favoritas, muchos de ellos como un ritual de años, ya sea para pedir por un favor especial, un milagro o para agradecer lo recibido.

Al recorrer sus calles, sus habitantes suelen decir con orgullo que Semana Santa como la de Málaga no hay. En otras regiones del país se vive el paso de las cofradías en recogimiento y silencio, mientras que en la llamada capital de la Costa del Sol, se vive con alegría, con aplausos, entre tambores y trompetas. /[email protected]