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Migración venezolana afectará mucho el sector salud del país

El presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, Acemi, Jaime Arias Ramírez, (gremio de las Empresas Promotoras de Salud, EPS) dice que el próximo Gobierno debe buscar soluciones antes de que el sistema de deteriore más.

 

El sistema de la salud en Colombia acumula hoy un déficit de $8 billones, y sigue creciendo, con la presión de una fuerte migración venezolana que exige atención médica.

Frente a esa coyuntura, el presidente de la Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral, Acemi, Jaime Arias Ramírez, (gremio de las Empresas Promotoras de Salud, EPS) dice que el próximo Gobierno debe buscar soluciones antes de que el sistema de deteriore más.

Recalca que faltan propuestas más concretas de los candidatos presidenciales para superar la crisis de las EPS y los hospitales.

Arias Ramírez insiste en su propuesta gravar los alimentos no saludables o ‘chatarra’ en la próxima reforma tributaria como una forma de dirigir más recursos al sector.

Luego de los numerosos cambios hechos al sistema de salud por el actual Gobierno, ¿cree que el próximo Presidente de la República debería hacer más reformas, o no?

La dinámica del sector y de los sistemas de salud está cambiando en Colombia y en el mundo.  Han cambiado la normatividad y la población como tal, al igual que lo que se llama la carga de enfermedad, es decir, las que más daño producen al igual que muertes e incapacidades a las personas y al sistema.  Viene cambiando la posición de los jueces y las cortes y la actitud de las personas frente al derecho a la salud. Y sobre todo porque ya hay una tecnología médica más costosa. Por eso, en los últimos cuatro años el uso de los servicios por persona aumentó en 33% en el país. Todo eso obliga a que el sistema esté en permanentes cambios y reformas que no se pueden, convertir en una locura. Es decir, no tumbar esas políticas si son buenas.

¿Pero cuáles deberían ser esos cambios prioritarios pues, por ejemplo, la situación de muchas EPS no es hoy la mejor?

El ministro Gaviria introdujo muchas reformas —entre ellas la ley estatutaria— y hay que esperar que sus efectos se produzcan por lo menos dentro de cinco años.

Se reformó la política en materia de medicamentos y también hay que esperar que sus resultados se vean a corto plazo, al igual que lo que vendrá con el plan de beneficios (POS).

Hay que revisar qué pasó con las normas de habilitación financiera de las EPS y si fueron suficientes. Eso lleva cuatro años y no todas las entidades han podido cumplir, aunque muchas hicieron grandes esfuerzos para capitalizarse. Esperamos que se expida el decreto de habilitación técnica de las EPS, es decir, cómo deben manejarse desde el punto de vista operativo y administrativo. Eso es clave, fortaleciendo de paso el sistema de información en salud para que sea transparente.

Y ante todo, que se impulse el Modelo Integral de Atención en Salud, Mías, que aún no ha despegado y que será una transformación de todo el modelo médico en Colombia.

Pero, cómo superar la crisis de contratación y de deudas de las EPS con IPS, hospitales y clínicas?

Es necesario poner en marcha nuevos modelos de contratación entre aseguradores (EPS) y prestadores (IPS) del sistema de salud. Allí Colombia tiene una demora de por lo menos una década, y en eso no hubo avances en los últimos cuatro años.

Se debe dar un salto hacia los pagos por valor o por resultados, cambiando el modelo de pagos por servicios. A todo ello, se le debe incorporar la llamada telemedicina, cerrando las brechas de atención de salud en las regiones. Es decir, que mientras en Cali el servicio es bueno, en la Guajira es un desastre. Eso se debe acabar en el futuro.

¿Por qué no dejar menos EPS y liquidar las que no funcionan para evitarle líos a los afiliados?

Eso se propuso el Gobierno actual. Lo cumplió, pero no totalmente. Cuando llegó el presidente Santos había 75 EPS y hoy operan 45. Salieron muchas que tenían problemas.

Entre ellas figuraron SaludCoop y Caprecom. Hoy, las del régimen contributivo son 14 y el resto son del régimen subsidiado o público, lo que ha generado una gran fragmentación en el sistema de salud. Eso debe ser corregido por el nuevo Gobierno.

¿Qué tanto el éxodo de miles de venezolanos podría colapsar el sistema de salud?

Es una situación que apareció en el último año y afecta muchísimo el sistema de salud de Colombia. Difícilmente el sistema está pasando de año a otro con un déficit de $2,5 billones, y ahora se le vienen encima 500.000 venezolanos, la mayoría de ellos los más enfermos y pobres, pues la migración de ciudadanos de clases altas y medias se fue hacia Miami o Panamá.

Son personas demandando servicios y lo están haciendo sin tener derecho por no estar afiliados como contribuyentes a ninguna EPS.

Lo más grave, insisto, en que son personas muy enfermas. Pese a ello no me gusta la palabra ‘colapsar’, pero no hay duda que puede deteriorar la atención del sistema, sobre todo en zonas como Cúcuta y algunas ciudades de la Costa Atlántica donde ya existen inconvenientes.

El sistema de salud ya estaba en aprietos. Fuera del tema de los casos del sarampión, entre otros, hay casos de sida —que le valdrían al sistema $2 millones o más en tratamientos— y otras enfermedades que traen muchos venezolanos.

¿El Gobierno debería crear una unidad especial para los venezolanos y evitar que el sistema siga siendo impactado?

Ya se han clasificado tres o cuatro grupos. Desde los pocos venezolanos que cotizan —y allí no hay problema— hasta los que no pagan nada.

Sugiero que se haga un seguimiento cercano a esa población de inmigrantes y determinar cuál es el plan de beneficios mínimos al que tendría acceso, aunque en el caso de urgencias la atención debe ser para todos. Pero no se puede atender a alguien que nunca ha cotizado, pero exige un transplante que le cuesta $50 millones al sistema, sacando de la fila a un nacional que sí cotiza y que lleva esperando cinco o diez años por esa cirugía. Eso no es justo, y no porque ellos sean venezolanos.

Me suena mucho su idea de una unidad especial, un régimen que hace cinco años atrás se le llamó los “no vinculados” que era la población no asegurada. Esa categoría no existe hoy porque la mayoría de los colombianos están asegurados.

Se dice que es inminente otra reforma tributaria en el próximo Gobierno. ¿Qué le ‘colgaría’ usted a esa reforma para tapar el déficit del régimen de salud?

Hay que volver a pensar en otros impuestos, como por ejemplo, a la comida ‘chatarra’ o no saludable. No solamente porque se recaudan unos recursos, sino que vamos hacia una epidemia de obesidad muy peligrosa en Colombia. En diez años estaremos con una población en esa condición, más problemas de diabetes, hipertensión y otras enfermedades ligadas al sobrepeso de las personas.

Se necesitan por eso más recursos, adicionalmente para atender a una población que ya es más adulta, ello sin contar con el tema de los venezolanos que se nos podría convertir en un problema más serio.

Adicionalmente, se deben asumir unos servicios socio-sanitarios (vía tutelas) que no están contemplados en el POS y no los pueden pagar las EPS. Son, por ejemplo, las sillas de ruedas, los pañales, los pañitos húmedos, el transporte, etc. Eso vale hoy $1 billón al año.

¿Le convencen las propuestas de los candidatos presidenciales en el tema de salud?

En líneas generales Germán Vargas Lleras presentó un documento muy completo e igual lo hizo Iván Duque. Hasta el momento la salud no ha sido tema de campaña. Se ha tocado muy tangencialmente. Los candidatos han sido han sido muy parcos en este campo. Pero a veces es mejor así para no caer en el populismo.

Como por ejemplo, las propuestas de Gustavo Petro quien anuncia en la calle que va a acabar con las EPS, lo que le puede generar cierta simpatía. Y dice que quiere reemplazarlas por 1200 EPS municipales como ocurrió en la época de la Colonia. Eso sería un descalabro./Colprensa

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