HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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“Santa Marta debe volver a ser segura”: Pensionados  

La percepción de inseguridad en lugares emblemáticos del Centro Histórico como los parques públicos es una situación que puede cambiar fortaleciendo el binomio Policía-Comunidad. 

Varios pensionados que frecuentan la emblemática plazoleta de La Catedral Basílica coincidieron al afirmar que Santa Marta se está convirtiendo en una ciudad peligrosa por cuenta de la inseguridad que azota al Centro Histórico y sus alrededores.

Expresan además que es urgente que Santa Marta vuelva a ser la ciudad segura de años anteriores y en ese propósito es valiosa la colaboración ciudadana con las autoridades que son las encargadas de garantizar el orden y la tranquilidad social.

Efraín Antonio Acosta Ávila, quien recibe su mesada de Colpensiones, dijo que añora la seguridad que existía en Santa Marta, la cual era prenda de garantía para disfrutar sin temores los distintos lugares de la ciudad. “Anteriormente se podía salir a tomarse unos tragos en cualquier sitio y regresar a casa en horas de la madrugada sin problemas, pero la situación actual es algo realmente invivible”, indicó.

Por su parte, Víctor Manuel Amaya Maldonado, dijo que lastimosamente a Santa Marta la están convirtiendo en una ciudad riesgosa y que es muy triste la percepción de inseguridad en lugares emblemáticos del Centro Histórico como los parques públicos.

“Estamos viviendo tiempos difíciles y uno sale con temor, porque ya no sabemos ni quienes son nuestros amigos. Creo que las autoridades deben ejercer una mayor labor de inteligencia para desarticular a la delincuencia y no permitir que unas pocas personas quieran perjudicar a toda una comunidad buena”, recalcó.

Otra de las personas que opinó fue Jesús Burgos Orozco, un pensionado de la Universidad del Magdalena quien añora aquella época cuando muchos samarios acudían a disfrutar el paseo familiar recorriendo el Camellón de la Bahía.

“En otros tiempos uno iba a disfrutar junto a sus amigos y familiares caminando por la Bahía de Santa Marta, era un paseo maravilloso donde se admiraba la belleza del mar y su paisaje. Ahora es lamentable ver tanta basura y espacios sucios que afectan la buena imagen de la ciudad. Recuerdo que anteriormente uno se iba para Minca o La Tagua para aclimatarse, respirar aire fresco o contemplar la exuberante Sierra Nevada, pero ahora con tantas construcciones de hostales y sitios de alojamiento se está acabando prácticamente con la naturaleza”, aseguró Burgos.

Finalmente, Mardelis Pérez, una venezolana, quien lleva 5 años radicada en Santa Marta, agradeció el apoyo brindado a su emprendimiento por parte de los jubilados que a diario visitan la plaza de La Catedral.

“Gracias a Dios me ha ido bien acá en Santa Marta en donde me gano la vida honradamente vendiendo tintos. Todos los días llegó a este sitio a partir de las 9:00 a.m. y les ofrezco un tinto a los pensionados quienes hablan y cuentan sus historias de vida. De ellos he aprendido muchas cosas que desconocía de esta bella ciudad con tanta historia, turismo y gente buena”.

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