HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Que la justicia actúe

Dice un sabio adagio popular que lo que mal empieza, mal termina. Quienes desde un ´principio le pedimos al Gobierno cuando se negociaba con las Farc en La Habana se abordara el tema del narcotráfico, la entrega de rutas, laboratorios y sobre todo el dinero producto de esas actividades ilícitas; se nos tildó de agoreros de la paz. El Gobierno se hizo el ciego, sordo y mudo, ante esas y otras observaciones que apuntaban a que si la sociedad colombiana estaba dispuesta a tragarse el sapo de una impunidad como la que se estaba pactando, no lo era del todo, por cuanto si bien era cierto que un sector de los colombianos abrigaba las esperanzas de paz así fuera en menoscabo de la justicia y algunas instituciones, no se iba a tener el acompañamiento del todo, por cuanto las Farc nunca habían dado muestras de exterminar ese cordón umbilical que las ató al negocio de las drogas. Y ahí tenemos las consecuencias.

Lo que hoy está en juego son dos cosas: la credibilidad del sistema de justicia de los Estados Unidos y el prestigio investigativo de una de sus más poderosas agencias como lo es la DEA y junto a ellos la Fiscalía General de Colombia; por una parte, y por el otro lado la credibilidad de las Farc. ¿A quién creerles?. A los primeros que han mostrado – como bien las definió el propio Presidente Santos–  pruebas contundentes y concluyentes que demostrarían la responsabilidad de alias Jesús Santrich, en delitos de narcotráfico cometidos después de la firma del acuerdo´, o a una dirigencia de la exguerrilla arropaba en la solidaridad de cuerpo para tratar de mantener el entuerto que se ha caído más temprano de que muchos le auguraban…

Y el dilema no es que sea como para hacer revivir a Pitágoras.  La justicia americana y su agencia la DEA, tienen mucho que perder, pero muchísimo en el plano de la cooperación internacional de los países con los cuales tiene intercambios judiciales,  si por cualquier afán de protagonismo o de un falso positivo jurídico se hayan inventado algo que no fuera cierto y condujera a que lo señalado contra alias ´Jesús Santrich´ resultare no ajustado a la verdad. No creemos que los norteamericanos se atrevan a jugarse ese pellejo a cambio de un peón dentro de la poderosa cadena del negocio de las drogas a nivel mundial. Aquí de pronto el que terminó siendo ingenuo fue el Gobierno colombiano que llevó a cabo unas negociaciones con las Farc a sabiendas que estaba estrechamente ligada con el narcotráfico sin haber dejado claramente definidas esas líneas rojas que hoy ha trasgredido uno de sus ´capos´. 

La sociedad colombiana no quiere nada distinto a que los acuerdos de paz se cumplan exactamente bajo los parámetros con los cuales se conocieron. A partir de su firma los señores de las Farc se sometieron al imperio de la Constitución y de la Ley. Ellos no están por encima del Estado Social de Derecho ni de nadie en este país. No se les dio licencia para nada, distinta a la que reincorporaran a la vida civil con deberes y obligaciones. Trasgredir el ordenamiento jurídico tiene sus consecuencias, y lo que estaba haciendo, a juzgar por las pruebas entregadas por la justicia de los EE.UU. y la propia Fiscalía General, el señor alias ´Jesús Santrich´ no era propiamente repartiendo hostias ni dando la comunión. Lo cogieron en un plan para traficar cocaína.

La cúpula de las Farc lo sabían anticipadamente: que volver a delinquir traía sus consecuencias. Respaldamos aquella tesis de que aquí nadie se está inventando nada ni tiene el interés de que estos señores regresen a la guerra. Aquí lo único que hay que respaldar es que las instituciones creadas al amparo de la negociación de paz, funcionen. Y que funcionen sin ningún sesgo y lo hagan apegadas a la Constitución y la Ley.

De acuerdo con la DEA y la Fiscalía, a ´Santrich´ lo cogieron con las manos en la ´coca´. Que no lo extraditen y lo enjuicien en los tribunales de EE.UU., como él mismo lo dijera una vez de manera socarrona…quizás…quizás…quizás!!

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