HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Los intocables

El caso Santrich ha dejado claro que la intención del abogado español Enrique Santiago, asesor de las Farc era crear en Colombia una casta de exgerrilleros intocables por la justicia ordinaria colombina.

Los exintegrantes de la guerrilla Farc, parece no haber entendido, que al firmar un pacto con el Presidente Santos y reintegrarse a la sociedad, pasaron de ser personajes por fuera de la ley, a colombianos de a pie comunes y corrientes, cobijados por el imperio de la Constitución y la ley.

Afortunadamente para toda la sociedad colombiana, el Congreso y la Corte Constitucional corrigieron el gol que el abogado español, con la complacencia de los negociadores del gobierno y sus asesores,  pretendían evadir por siempre el accionar de la justicia nacional, al establecer que miembros de las Farc reincidentes en la comisión de delitos después de entrar en vigencia el Acto Legislativo que aprobó la JEP y que estuviesen por fuera  de la JEP o cobijados por esta, no  podrían ser juzgado por nuestros jueces. Garantizándoles así la impunidad aún después de haber incurrido en conductas delictuales posterior de la puesta en marcha el pacto de La Habana.

Este es el caso de Jesús Santrich, uno de los comandantes de las FARC, sindicado de innumerables delitos de lesa humanidad, quien se acogió a la JEP, para no pagar cárcel por ellos, pero al parecer y de acuerdo a lo expresado por la Fiscalía y por la autoridades de los Estados Unidos, siguió cometiendo delito de narcotráfico en la modalidad de intento o conspiración como dicen los gringos, después de acogerse a la JEP, convirtiéndose en reincidente y por lo tanto sujeto a ser juzgado por la justicia ordinaria  nacional o internacional, según lo dispongan los acuerdos internacionales suscritos por el Estado colombiano.

Por lo anterior, es perfectamente legal la orden de detención expedida por la Fiscalía y la posibilidad de extradición igualmente se enmarca dentro de los  lineamientos establecidos por Colombia para tal efecto.

La JEP no puede convertirse en refugio y pretexto para la impunidad de los reincidentes de las Farc y los miembros del partido político que nació como producto del acuerdo habanero, deben ser los más interesados en que se juzgue e investigue a los posibles responsables de delitos cometidos después de la fecha establecida en el mismo acuerdo, todo bajo el imperio de la ley y respetando el debido proceso, para que  así demuestren su buena voluntad de respetar la Constitución y la ley vigente en Colombia, como tenemos que hacerlo todos los que aquí nacimos o vivimos.

No es bueno el momento para Colombia, ni para el proceso de paz y mucho menos para el presidente Santos, esto demuestra que lo pactado en la Habana, no fue el mejor acuerdo posible, como dijo el hoy candidato a la presidencia doctor De la Calle, si no que este es un pacto que requiere una cirugía especial para que pueda ser bien implementado y aceptado por todos los colombianos.

¿Sabes qué? Lo que está pasando con Santrich, debe servir de ejemplo a los negociadores de gobierno con el ELN. El Estado nuca puede claudicar su autoridad y su majestad ante personajes que han permanecido tanto tiempo por fuera de la ley. En Colombia nadie es intocable para nuestra justicia.

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