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El «fin de una era» en Suecia tras la retirada de Zlatan Ibrahimovic

Malmö, Suecia

Por James BROOKS

Con mucho amor mezclado con una pizca de odio, Suecia celebró el lunes la retirada de su «futbolista más grande de la historia» Zlatan Ibrahimovic, el ‘enfant terrible’ que «influenció a toda una nación».

Esa mezcla de sentimientos resume la complicada relación que unió a Suecia e Ibrahimovic, hijo de inmigrantes yugoslavos nacido en las afueras de Malmö y convertido a los 41 años en el sueco vivo más conocido del mundo, un plebeyo de barrio autoproclamado «rey».

Una estrella percibida como arrogante y bocazas con frases grandilocuentes en un país que tiene la moderación y el bien común como sus mayores virtudes. ‘Zlatan’ molestó tanto a su país como admiración recibió de él.

«Es triste que pare. Es el fin de una era», dice a la AFP Mohammed Salem delante del estadio del Malmö FF, donde el joven ‘Ibra’ arrancó su carrera profesional entre 1995 y 2001.

El seleccionador del equipo nacional, Janne Andersson, habló de él como «el jugador sueco más grande de todos los tiempos».

Andersson, que logró poner fin al divorcio de Zlatan y la selección en 2021, rindió homenaje en un comunicado «a un atleta y un deportista fuera de lo común, un futbolista único».

El primer ministro conservador Ulf Kristersson celebró «un orgullo zueco», haciendo un juego de palabras con la Z distintiva del jugador, que tanto cuesta pronunciar a sus compatriotas.

Ningún otro lugar como Malmö, donde creció en el complicado barrio de Rosengard, representa mejor las contradicciones de este personaje.

El propio Zlatan lo decía: «Podéis sacar a un chico de Rosengard, pero no podréis sacar nunca a Rosengard de él».

A la ciudad del sur de Suecia le costó perdonarle que invirtiera a finales de 2019 en el club rival de Estocolmo, una traición absoluta de quien era hasta ese momento su héroe sin igual y al que se le había dedicado una estatua… que desde entonces sufrió numerosos actos de vandalismo.

ESTATUA ATACADA

Reparada a un alto coste, la estatua no ha vuelto a ser instalada en su lugar de origen y está guardada en un lugar secreto.

«Los aficionados ‘ultras’ del Malmö FF seguramente no le perdonen, pero en mi corazón, siempre será alguien de Malmö», se consuela Anton Kallhom, empleado de 22 años que trabaja en un colegio.

Para Johan Lund, empleado municipal de 38 años, lo que sienten los habitantes de Malmö sobre Ibra se podría resumir con «una mezcla de odio y amor».

«La mayoría de la gente le ama pero siempre habrá ‘haters'», explica Lund, para quien el jugador «ha contado mucho».

Zlatan siempre fue una bestia mediática que nunca masticó sus palabras, lo que le valió muchas polémicas en el país del ‘lagom’, el ‘casi perfecto’ sueco que pregona no caer en los excesos.

Por el lado del Malmö FF, parece que la herida sigue abierta y se contentó de una frase lacónica: «Una larga carrera coronada de éxito que comenzó en Malmö y se acabó en Milán. Buena suerte para la vida fuera del fútbol», tuiteó el club, precisando que no organizará ningún acto de homenaje.

Para Erik Niva, periodista deportivo del diario Aftonbladet que ha seguido la carrera de Ibrahimovic, éste ha tenido «influencia en todo el país».

Futbolista de clase mundial, el jugador también simboliza los cambios de una Suecia que se ha vuelto más mestiza y más individualista que cuando ‘Ibra’ debutó como profesional en septiembre de 1999.

«Hemos pasado de una nación colectivista a un pueblo individualista. Y nada es más importante en este cambio que Zlatan Ibrahimovic», asegura el cronista.

AFP

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