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La tasa de cambio es la culpable del mal momento que vivimos

El gremio cafetero hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para que ayude al sector a salir del mal momento que atraviesa por la afectación de la tasa de cambio, que no es rentable para los costos de producción.

Los primeros tres meses del año han sido muy amargos para la caficultura colombiana por la caída en los precios internacionales del grano, que hoy tienen al sector en un estado de alerta por las complicaciones que pueden tener si no se solucionan los problemas de manera pronta.

 

El gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, Roberto Vélez, hizo un llamado urgente al Gobierno Nacional para que ayude al sector a salir del mal momento que atraviesa por la afectación de la tasa de cambio, que no es rentable para los costos de producción.

En diálogo con HOY DIARIO DEL MAGDALENA y la Agencia Colprensa, Vélez explicó las principales problemáticas del sector y también llamó la atención del Banco de la República para que intervenga y ayude a solucionar los problemas que ha presentado la revaluación del dólar, que también empieza a afectar a otros sectores.

¿Cuál es el panorama actual del sector cafetero en Colombia?

El panorama actual tiene dos factores: la producción y los precios. Por el lado de la producción vamos a tener un primer semestre un poco más pequeño que el pasado, producto del clima de 2017, y un segundo semestre que no lo vemos complicado. El problema está por el nivel de precios que recibe el cafetero porque hace un año teníamos una cotización internacional por el lado de 1,40 y un dólar de 3000 pesos que nos estaba dando una carga entre 800.000 a 850.000 pesos. Hoy tenemos un mercado internacional en 1,17 y un dólar de 2700 pesos que cruzó ya una línea imaginaria que teníamos de 700.000 pesos por carga de café y ya estamos en 685.000 pesos. Esto es un nivel que no cubre los costos de producción y hace que la caficultura esté totalmente por fuera de la rentabilidad.

¿La afectación es solamente por el ingreso a los cafeteros o hay algún otro aspecto que se ve afectado?

Lo principal es el ingreso del cafetero, pero eso trae una reacción en cadena porque entonces no puede fertilizar, no puede hacer mantenimiento de sus fincas y eso redunda en malas producciones en adelante. También tiene que ver con que el cafetero se tiene que atrasar en los pagos de los préstamos y eso acaba con el ciclo virtuoso de créditos y poder mantener la caficultura hacia adelante.

¿Qué es lo que le están pidiendo al Gobierno Nacional?

Que necesitamos apoyo ya. El cafetero necesita que el gobierno le de la mano para nuevamente sortear este momento tan complejo que no es producto del Cafetero, ni siquiera de la oferta y demanda de café, sino producto un tema monetario en Colombia que deja por fuera, no solamente a la caficultura, sino buena parte de lo que son las exportaciones de bienes agrícolas porque desde la junta directiva de la SAC también analizamos con angustia y con mucha preocupación lo que ha venido sucediendo con la tasa de cambio.

Es decir que este es un problema que se desprende de la actual tasa de cambio…

La tasa de cambio ha sido la gran responsable del mal momento de la caficultura colombiana. Si tuviéramos una tasa de 3000 pesos, no digo que estaríamos boyantes, pero por lo menos no estaríamos en esta situación de afugias tan agudas.  

¿Sobre qué nivel habían proyectado la tasa de cambio para este año?

Nosotros teníamos una proyección por encima de los 3000 pesos y el Gobierno Nacional tenía proyectada una tasa por el mismo nivel, lo que quiere decir que esto nos cogió a todos con las manos abajo, porque nadie se esperaba una revaluación de este estilo. El problema es que el origen de esto son los precios del petróleo, que están atados a todos los problemas internacionales, que lo tienen en alza y eso redunda en mayores ingresos.  

Tocando el tema de la producción, usted hablaba que no ven mayores complicaciones, pero se registra una caída de cerca del 8 % para el año cafetero. ¿No es preocupante esta situación?

De acuerdo a nuestros cálculos y nuestro conteo de granos, que ya lo hicimos, nos da que debemos estar en el primer semestre alrededor del 3 % por debajo y para el segundo todo dependerá cómo vengan las floraciones y cómo termine cuajando el café, pero estamos más optimistas porque podemos tener una cosecha normal en la segunda parte del año y así las cosas debemos acabar con una producción por debajo de los 14 millones de sacos que, si bien va a ser inferior a la del año pasado, no va a ser por mucho.

¿La caída en la producción tiene alguna explicación?

Tiene explicación en el mal clima a mediados del año pasado, que fue cuando se han debido presentar las floraciones para este primer semestre. Tuvimos demasiada lluvia y eso afectó la cosecha. Teníamos muchos temores sobre la cosecha del segundo semestre, pero afortunadamente tuvimos una ventana de verano después del 15 de febrero y los Cafetales florecieron.

¿Y las fuertes lluvias que se han venido presentando por estos días van a tener una afectación?

Estos son los meses de invierno tradicionales, abril siempre ha sido de lluvias y la borrasca de mayo, de la que hablan los cafeteros, son los ejemplos claros de que estos son los meses en donde tradicionalmente las zonas cafeteras del país experimental mayor precipitación, es un clima normal.

Usted se refería ahora al tema de los créditos. ¿Los caficultores no están teniendo oportunidades para acceder a ellos?

Esto se vuelve un círculo vicioso. Cuando los cafeteros no tienen el ingreso y tiene una deuda bancaria, entonces se atrasan, los reportan, no les prestan más plata en ninguna parte y tienen que acudir a los famosos gota a gota y se vuelve muy complicado.  

Otro tema que ha causado polémica fue la aprobación a la importación del grano para suplir las necesidades de café liofilizado. ¿Qué implicaciones trae esto para el sector, en medio del actual panorama?

En realidad no se por qué nos estamos formando una tormenta en un vaso de agua. En el pasado hacíamos exactamente igual, lo único era que los clientes traían el café, nosotros hacíamos la maquila y lo despachábamos. Lo que sucedió ahora es que pedimos autorización para que esas pequeñísimas cantidades las pudiéramos comprar nosotros y hacer el negocio más rentable para los cafeteros de Colombia.  

– Eso quiere decir que no se va a afectar en nada la producción local…

Absolutamente para nada, lo que pasa es que estamos en época de elecciones cafeteras y elecciones políticas y estos temas gustan mucho para cabalgar sobre la reputación de la institución.

Viendo el panorama actual del sector, ¿qué mensaje le manda a los cafeteros del país?

Tenemos que ser la caja de resonancia de los dolores y de los temores de los caficultores en este momento tan complejo. No vamos a bajar la guardia para decirle al gobierno, y a todo el que le tengamos que decir, que necesitamos apoyo hoy más que nunca, pero tampoco podemos perder de vista el trabajo que estamos haciendo a largo plazo y reforzar los esfuerzos para tratar de bajar los costos de producción para mejorar la rentabilidad en la caficultura  

¿Y el mensaje para el nuevo gobierno que llegará este año?

Que se prepare porque necesitamos apoyo de aquí para allá también. Una de las primeras tareas del nuevo gobierno tiene que ser revisar qué está sucediendo con la caficultura y cómo vamos a apoyar a los cafeteros de Colombia para poder pasar este momento de trago amargo.

 

PANORAMA INTERNACIONAL

Hay otro tema relevante por estos días y es la salida de Estados Unidos de la Organización Internacional del Café. ¿Tiene esto alguna implicación para Colombia?

Desde el punto de vista de precio ninguno, porque después del 4 de julio de 1989 el mercado del café se ha venido moviendo en libertad de oferta y demanda; pero desde el punto de vista de la organización misma sí, porque tenemos dos bloques, productores y consumidores, y el gran animador es Estados Unidos. Si se sale, la plata que contribuye deja de estar. Allí es donde tenemos un problema complejo desde el punto de vista de la logística misma de la organización, además que perdemos interlocución con el país consumidor más grande del mundo.

¿Qué soluciones se vienen estudiando para esto?

La semana pasada en la reunión de la Organización en México quedó claro en hacer dos acciones:  primero escribir una nota invitando al presidente (Donald) Trump solicitándole que reviertan la decisión de abandonar el acuerdo internacional. En segundo lugar, darle el mandato al Director Ejecutivo para que acompañado de algunos países productores inicien un lobby ante el Congreso norteamericano para presionar al ejecutivo y que se mantenga allí en el seno de la organización.

¿Identifican alguna razón específica para la salida de Estados Unidos de la OIC?

No la hay. Esto es una política misma del gobierno del presidente Trump que propende por la salida de los organismos multilaterales y regresar a una agenda más bilateral entre los países, que es totalmente respetable, pero lógicamente afecta a organizaciones como la OIC.

 

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