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“En la frontera con Ecuador hay una nueva guerra”: Gobernador de Nariño

El departamento de Nariño, en especial Tumaco y la zona fronteriza con Ecuador, no vive tiempos de paz. Ahora es el centro de operaciones de grupos armados que luego de la firma del acuerdo de paz con las Farc ocuparon terrenos dejados por la antigua guerrilla para sembrar miedo entre la población.

Sobre estos temas, así como también sobre alias Guacho, el disidente de las Farc más buscado por Ecuador y Colombia luego del asesinato de los tres miembros del diario El Comercio, el gobernador de Nariño, Camilo Romero, habló con El País.

 

¿Usted cree que el creciente accionar de ‘Guacho’ es porque el Gobierno no le prestó la atención debida al tema de las disidencias?

Esto hay verlo en contexto. Señalar como responsable al Gobierno no me parece, pero sí hay que decir que para mí hubo un error estratégico en la implementación de la paz en nuestro departamento.

 

¿Qué opinión le merece un grupo como la Fuerza de Tarea Hércules del Ejército, que hoy tiene la misión de dar con alias Guacho?

Yo no me imagino el escenario del departamento de Nariño sin el apoyo y fortalecimiento de la Fuerza Pública y más en la realidad que hay, como es la nueva guerra que ya ha golpeado, incluso, al vecino país del Ecuador.

 

Gobernador, ¿se siente solo con todo el problema de la frontera?

No. Pero sí estamos esperando resultados de los que han sido delegados para el tema de seguridad y esperamos que sean positivos.

 

¿Por qué Nariño no ha podido superar el conflicto armado?

Básicamente porque ha hecho falta presencia integral del Estado. Recuerdo en marzo de 2016 las declaraciones del presidente Santos de que Tumaco iba a ser el laboratorio de sustitución de cultivos ilícitos y meses después lo vimos fue en Briceño, Antioquia, lanzando el plan piloto de sustitución de cultivos.

 

¿Cree que al presidente Santos no le interesa la región Pacífica?

Yo no puedo decir eso, de hecho tengo que reconocer que es el Presidente que más ha invertido, por ejemplo, en Tumaco, en la Costa Pacífica, pero antes de la firma de la paz. Ahora lo que hemos tenido es solo rendición de cuentas después de la firma y no inversión. Creíamos que la paz debía significar mucho más que la firma de un acuerdo, que era la oportunidad para nuestras comunidades y eso es lo que no se ha dado.

 

Gobernador, ¿cómo está operando ‘Guacho’ en territorio nariñense?

El principal escenario de este hombre es Tumaco, municipio muy extenso que tiene un potencial grande y cuenta con una posición geográfica importante. Me da dolor de patria decir que ese valor estratégico lo entendió ‘Guacho’ y la criminalidad.

 

¿Qué opinión le merece el anuncio del presidente de Ecuador, Lenín Moreno, de que ese país ya no será garante en los diálogos con el ELN?

Hoy tenemos una nueva guerra que ha golpeado al Ecuador, con consecuencias tan fuertes como la cancelación de la mesa de diálogos con el ELN. Es decir, no fuimos capaces de construir nuestra propia paz y lo que hicimos fue golpear con nuestra guerra a un país absolutamente pacífico como Ecuador y ahora nos devuelven esta noticia difícil para nuestra nación que es levantar la mesa de diálogos de Quito.

 

¿Qué diagnóstico se ha hecho del problema de seguridad en Nariño?

Con las autoridades estamos hablando de siete organizaciones ilegales, sobre todo en nuestra costa Pacífica y la cordillera, que claro, afecta la frontera con Ecuador.

En octubre pasado nueve campesinos fueron asesinados en zona rural de Tumaco en medio de operativos de erradicación de cultivos. ¿Cómo ve el problema de la hoja de coca en su departamento?

Estamos en el escenario para una guerra, pues tenemos la mayor cantidad de cultivos de uso ilícito. Aquí se prefirió atacar a los productores y lo que tenemos es que 50.000 familias sobreviven con los cultivos ilícitos. Hay varias alternativas que se han probado, como la fumigación, la erradicación y algo de sustitución. La fumigación, por ejemplo, genera desplazamiento de estas familias, que deciden ir a sembrar a otra parte.

 

¿Cree entonces que la estrategia contra los cultivos ilícitos ha sido más combativa que social?

Lo que quiero advertir es que no solo es un problema que se puede abordar desde la criminalidad, sino también desde la problemática social. De no resolver el problema de esas 50.000 familias, pues la situación se agrava. Igual ocurrirá con la erradicación, pasa la Fuerza Pública y en seis meses, perfectamente, podría haber nuevas siembras. Por eso creo que la salida es la sustitución de cultivos ilícitos, pero de manera integral, que no se quede en un tema asistencialista porque las familias terminan gastándose esos pesos.

 

¿Las comunidades de su departamento, sobre todo en la zona de frontera, han denunciado desplazamientos o amenazas de las disidencias u otros grupos ilegales?

Había un panfleto supuestamente del grupo disidente ‘Frente Oliver Sinisterra’ de ‘Guacho’, donde advertían a las comunidades de sus acciones. Era algo de limpieza social, pero no se comprobó su veracidad. Pero lo que sí quiero señalar es que debemos ser respetuosos de los derechos humanos de los pobladores que nada tienen que ver con este conflicto.

La semana pasada estuvo en Cali de visita en el Centro de Eventos Valle del Pacífico y vimos un video donde estaba junto al presidente Santos cruzando palabras en medio de reclamos. ¿Qué le estaba diciendo al Presidente?

 

Yo le estaba diciendo al Mandatario que nos permitiera hablar, pues estábamos en la agenda. Lo único que le pedía era un minuto de silencio dentro mis cinco minutos de intervención, un minuto de silencio por las decenas de víctimas en Nariño y por los siete ecuatorianos que han caído en esta guerra que todavía persiste en nuestro país, aquí hay guerra y ahí están los hechos, nadie puede ocultarlos en nuestro territorio y no se puede tapar el sol con un dedo.

 

¿Y qué le respondió el Presidente?

El Presidente me explicó que eso no estaba en la agenda, cosa que es falso, y que eso nunca lo han hecho en otros lugares. Al lado de cada silla donde se iban a sentar los gobernadores había un micrófono, si nos invitan a un panel no nos pueden dejar de adorno si era una intervención mínima, no era una discusión, era algo básico en una democracia: hablar frente a lo que pasa actualmente.

 

¿Lo leyó usted como un silenciamiento del presidente Santos?

No quiero hacer más interpretaciones, ya lo dije todo en Twitter. Lo único que yo buscaba era un minuto de silencio por las decenas de víctimas y los ecuatorianos asesinados, los tres miembros del diario El Comercio y cuatro infantes de Marina de Ecuador. Cali El País.

Por: Andrés Felipe Carmona

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