HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Ellos solitos harán trizas los acuerdos

A raíz de la captura del dirigente de Farc, alias “Jesús Santrich”, reclamado por un tribunal federal de Nueva York por conspiración para exportar 10 toneladas de cocaína hacia Estados Unidos, el fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, fue objeto de aquella trillada acusación que se le endilga a todo aquel que actúe bajo preceptos que los dirigentes de la Farc o los promotores de los acuerdos de La Habana consideren contrarios a sus intereses: la de “enemigo de la paz”.

Esos señalamientos no son nuevos, ni contra el Señor Fiscal General, ni contra quienes se atreven por fortuna a seguir opinando y demostrando con argumentos que lo pactado ofende a la sociedad colombiana.

Como bien lo dijo el candidato presidencial Iván Duque, ´ellos mismos (las Farc) se están encargando de hacer trizas los acuerdos firmados con el Gobierno, con hechos como los protagonizados por Santrich a quien lo cogieron con las manos en la masa, y ahora alías ´Iván Márquez´ decide regresar al monte y con alias ´El Paisa´ decidieron encabezar un nuevo frente: el de retar al Estado para que este no cumpla con la ley.

Frente a todo lo que ha sucedido la opinión pública debe tener claras las cosas: a Jesús Santrich los acuerdos le dijeron que no podía volver a trafica con coca. Que sus andanzas criminales cesaban desde el momento en que la sociedad les perdonaba y les permitían su incorporación a la vida civil. Pero se hizo el de la ´vista gorda´ y continúo delinquiendo. Tal vez animado por la certeza de que toda la impunidad negociada en La Habana podría ser la patente de corso para seguir el accionar criminal.

La huida de ´Iván Márquez´ hacia lo que es su escenario natural no tiene otra lectura distinta que la de prepararse para escapar ante el enorme ´ventilador´ que muy seguramente ya encendió a instancias de las autoridades de los Estados Unidos su sobrino en los negocios de narcotráfico. Y aliarse con ´El Paisa´ es un mensaje inequívoco de que se haría acompañar del más temible de todos los jefes terroristas que tienen las Farc para hacer cualquier cosa.

No olvidemos que el Señor Fiscal General ha actuado en  ejercicio de las competencias que la Constitución y la ley le asignan, ha hecho advertencias y señalamientos muy precisos sobre “micos” que en la implementación de los acuerdos se han querido meter subrepticiamente en desmedro de la justicia y la igualdad ante la ley. El país recuerda que fue el fiscal General quien advirtió un artículo en un decreto-ley que legitimaba la destinación de recursos de las Farc para fines distintos a la reparación material de sus víctimas. El mismo Comisionado de Paz de ese momento, Sergio Jaramillo, consideró una propuesta inadecuada que no sabía quién la había incorporado a la ley. También fue Martínez Neira quien denunció las trampas en los listados de bienes de las Farc –trapeadoras, exprimidores, supuestas carreteras–, y quien conminó al Ejecutivo y al Legislativo a reglamentar de forma seria la Jurisdicción Especial de Paz, de modo que quedara establecido que los delitos cometidos por miembros de las Farc después de la firma de los acuerdos no debían ser objeto de beneficios penales. Solo por citar algunas, pues han sido más.

En lo que se refiere, pues, a las competencias que constitucionalmente tiene asignadas para asegurarse de que la impunidad tenga límites, así sea en un sistema de justicia transicional –donde el principio orientador es que la justicia debe ceder su primacía a favor de la desactivación de los actores violentos, que deberán “someterse” a aquella de forma más bien simbólica– el actual fiscal General está cumpliendo con su deber, y actuando conforme a una confianza que el grueso de la sociedad le brinda, en tanto que esa lealtad con la Constitución y el Estado de Derecho va en beneficio del sistema democrático.

 

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