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Un día después de la creciente de Puerto Valdivia

Eran las 6:00 de la tarde del pasado sábado cuando un sonido inusual llamó la atención de los habitantes de Puerto Valdivia, en el Norte antioqueño, el primer poblado que hay aguas abajo del proyecto Hidroituango. Como nunca antes había ocurrido, el agua del río Cauca golpeaba las estructuras del puente peatonal que comunicaba al centro del corregimiento con los barrios La Arrocera y La Platanera; el mismo que fue paso obligado durante 87 años.

Edwin Barreto, residente hace 14 años en “el puerto”, como llaman al corregimiento todos sus habitantes, contó que las caras de sus vecinos eran de temor. “La crecida más fuerte de la que nos acordamos hizo que el río quedara a un metro del puente. Verlo casi sobrepasándolo era impensable”, contó.

 

En los siguientes 40 minutos el caos reinó: desde los barrios La Platanera, La Arrocera y Tapias comenzaron a llegar reportes de viviendas inundadas, aunque a esa hora no había caído una sola gota de lluvia, y hombres y mujeres se apresuraron a evacuar a quienes pedían ayuda.

Poco antes de las 6:50 p.m. un fuerte estruendo los sorprendió a todos. El puente se iluminó con las chispas de los cables de electricidad que estaban cerca de sus bases y, en cuestión de segundos, colapsó. Fue la última vez que lo vieron porque el río se lo llevó.

“Desde ese momento todo fue zozobra. La alarma que nos indica peligro vino a sonar casi al mismo tiempo que el puente traqueó. Vimos como el agua se llevaba cuatro casas de La Arrocera, una cafetería que funcionaba al lado del puente y varios salones de la escuela”, relató Barreto.

EPM informó que la creciente se presentó luego de que uno de los túneles del proyecto hidroeléctrico se destapara de manera natural, permitiendo el flujo de gran cantidad de agua del río Cauca.

Según el reporte oficial de la empresa, otro puente también colapsó por la fuerza de las aguas que arrasaron a su paso 22 casas y dos salones de la institución educativa Marco Antonio Rojo. Otras 30 casas quedaron inhabitables.

No quedó nada

Unos metros más arriba del puente, Leonardo Vargas había pasado la tarde del sábado haciendo baharequeo en el Cauca. Cuando el nivel del agua subió, recuerda, prefirió salir y quedarse con sus hijos para volver a casa. Sintió temor pero la falta de una alarma lo tranquilizó, hasta que escuchó un sonido que hoy describe como detonación seca, y se dio cuenta de que el puente ya no estaba.

Fue entonces cuando decidió cruzar la troncal a la costa para ver cómo estaban sus vecinos del barrio La Platanera.

“Todavía no sé cómo describir lo que sentí cuando vi que el río se había llevado la casa en la que vivía con mi esposa y mis hijos”, dice, mientras con lágrimas recoge del suelo fotos familiares y documentos de identidad cubiertos por el lodo.

De la vivienda solo quedó en pie un muro con una ventana que enmarca el desastre: ventiladores dañados, colchones mojados y algunas ollas que no fueron arrastrados por la corriente. Zapatos dañados y una cortina que quedó hecha jirones.

Momentos de zozobra

La noche fue aún peor para los del “puerto”. EPM informó que el túnel que se destapó se había taponado nuevamente de manera natural. Los pobladores no recibieron ese reporte pero supusieron que algo había pasado porque en cuestión de minutos el nivel del río había bajado “tres adobes”; es decir, unos 60 centímetros, a pesar de la lluvia nocturna.

La mitad del corregimiento quedó sin suministro eléctrico y muchos más sin acueducto. Ayer en las calles, entre conversaciones cotidianas, la mayoría contaba que “no pegó el ojo” pensando que el río podría volver a crecerse.

John Fernando Blandón, el farmaceuta local, denunció además que inescrupulosos aprovecharon la noche y el caos para robar pertenencias de casas y negocios cerrados.

Pero a pesar de la tragedia, las tiendas se abrieron y de ellas salieron varios regalos para las madres. María Castañeda, por ejemplo, recibió el celular que quería mientras sacaba lo que quedó de su cama, dañada por el agua. Lloró y abrazó a sus nietos que jugaban con el pantano del piso.

El Consejo Municipal de Gestión del Riesgo del municipio de Valdivia informó que 600 personas fueron evacuadas en Puerto Valdivia y son atendidas en albergues y autoalbergues. Las primeras ayudas de la Gobernación llegaron a la medianoche.

En los municipios de Cáceres, Caucasia y Nechí no hubo personas evacuadas, ni afectaciones, informaron los organismos de control.

 

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