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Medimás: resultó peor el remedio que la enfermedad

En Santa Marta y el departamento del Magdalena en general, los pacientes a diario denuncian alguna deficiencia en el servicio, los cuales les toca poner tutelas y demandas para que les cumplan con lo que exigen.

La falta de una adecuada atención, la demora en entrega de medicamentos y la demora en citas con especialistas, son las denuncias más frecuentes de los usuarios de esta empresa de la salud. Además desde que empezó a funcionar, hace un año, al menos otras cuatro de sus clínicas han sido cerradas.

 

Medimás EPS llegó a su primer año de funcionamiento en Colombia con miles de ‘líos’ por las falencias en el servicio a sus usuarios, lo cual ha causado que les cierren varias clínicas y muchas otras están en investigaciones por las autoridades de la salud en el país.

En el departamento del Magdalena, en especial Santa Marta, las quejas y denuncias son a diario, pues los pacientes aseguran que no los atienden bien, que no les entregan medicamentos y deben esperar meses por una cita con un especialista que en ocasiones son prioritarias.

Asimismo, en el caso de la capital del país, dos años y 40 planes de mejoramiento después, la Secretaría Distrital de Salud de Bogotá no aguantó más demoras y, la noche del pasado 28 de mayo, ordenó suspender de forma temporal los servicios de la clínica Jorge Piñeros Corpas de Medimás, sobre autopista Norte con carrera 104.

El motivo que apareció inicialmente, fue un ascensor dañado. Pero la Secretaría aclaró que la crisis de esa clínica lleva dos años con “irregularidades relacionadas con infraestructura, talento humano, medicamentos y dispositivos médicos”.

El Secretario de Salud de Bogotá, Luis Gonzalo Morales, informó que “tres de los cuatro ascensores de la clínica presentaban problemas y que en el único funcional se trasladaban pacientes junto a insumos e, inclusive, basuras. Es más: Hay quienes, tras complejas cirugías, fueron trasladados a sus lugares de recuperación por las escaleras. “esto es algo absolutamente inaceptable, y por eso tomamos la decisión que tomamos”, dijo el funcionario.

No obstante, esta es no es la primera vez que por malos servicios, la EPS que antes era Cafesalud ve a una de sus clínicas cerrarse.

 

UN COMIENZO CON EL PIE IZQUIERDO

Desde que el consorcio Prestasalud compró a la liquidada EPS Cafesalud en junio de 2017, empezaron las quejas de los usuarios contra la EPS Medimás y Esimed, una de las IPS que fue vendida junto con Cafesalud.

Tras el traslado de los pacientes, el primero de agosto de 2017, empezaron a llegar las quejas y reclamos. Según la Superintendente de Salud, a un mes de ese cambio sólo estaba funcionando en un 75% la red.

Y luego, en septiembre, llegó la primera noticia sobre el cierre de una clínica de esa entidad: en Pamplona-Santander los trabajadores y médicos de la clínica de la EPS decidieron suspender actividades, pues la EPS les debía, según ellos, $2.000 millones y un mes de salarios. Además, no tenían insumos ni personal suficiente.

Tan solo un mes después otras tres clínicas fueron cerradas en otras ciudades del país. A principios de octubre, la Secretaría de Salud de Antioquia ordenó el cierre de servicios de salud en las sedes de la 80 y Juan Luis Londoño de la Cuesta, en la ciudad de Medellín.

Unos días después una nueva orden llegó, esta vez en Bogotá. A finales de octubre de 2017, se ordenó el cierre de la Clínica Santa Bibiana de Medimás, ubicada en la calle 127, fue cerrada por falta de recursos. 

Y, paralelo a los cierres, las inconformidades contra la EPS seguían creciendo. Para finales de noviembre, es decir, con solo cuatro meses de atención, ya se apilaban 85.374 tutelas  y 943 peticiones, quejas y reclamos en su contra. De acuerdo con la EPS, ha atendido el 93,8% de las quejas en su contra y ha gestionado 57.306 de las tutelas en su contra.

 

‘LA GOTA QUE REBASÓ EL VASO’

A comienzos de noviembre, la Superintendencia de Salud señaló que le abriría dos investigaciones a la EPS. La primera investigación tenía que ver con presuntas omisiones en la formalización de contratos de su red de prestadores y la segunda con el incumplimiento por parte de Medimás en la prestación de servicios de salud a sus usuarios.

Esas investigaciones culminaron con millonarias multas. La primera, de 1.500 salarios mínimos legales vigentes unos $110 millones  que la EPS debe pagar por incumplirle a 3.220 pacientes; y, la segunda, de 2.300 salarios mínimos, por la comisión de infracciones administrativas, como la no conformación, garantía, organización y evaluación de la red de servicios de salud.

Al mismo tiempo, Carlos Alonso Negret Mosquera, defensor del pueblo, anunció que le solicitaría a la Corte Constitucional que intervenga con urgencia a la EPS Medimás.

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