HOY DIARIO DEL MAGDALENA
Líder en la región

Duque, líder de nueva generación

El resultado de las elecciones del domingo pasado hay que analizarlo con serenidad y objetividad porque significan un cambio profundo en las lealtades de los militantes de los partidos en la elección presidencial al emanciparse de sus jefes. La verdad es que la ciudadanía votó en forma totalmente independiente por el reclamo que viene haciendo sobre la necesidad de transformar las costumbres políticas del país.

No creo, como dicen algunos analistas, que lo que se conoce como maquinaria haya cambiado de bando. Esa es una manera un poco simplista de explicar las causas del comportamiento ciudadano en la primera vuelta de la elección presidencial.

En los círculos bogotanos con frecuencia se perciben los procesos electorales de manera muy diferente a como se viven en las regiones o en la comarca colombiana. Quien haya estado en los días previos a las elecciones en ciudades como Barranquilla, Buenaventura o en otras ciudades y regiones sentía qué pensaba la gente. Pero aquí a veces nos enredamos en teorías sobre el comportamiento electoral en las que no se tiene en cuenta las motivaciones ciudadanas.

Ahora quienes se equivocaron en la interpretación de la dinámica del proceso electoral buscan explicarnos, con otros argumentos, cuáles fueron sus causas. El resultado electoral del 27 de mayo lo alcanzaron a anticipar las encuestas que fue mucho lo que se aproximaron a la realidad, pero, algunos desestimaron este instrumento porque se han equivocado en otras oportunidades.

La realidad es que la opinión mayoritaria del país votó por los candidatos que se veían más distantes del gobierno; ello significa claramente que hay agotamiento sobre la forma de gobernar, por lo que reclama cambios en la orientación del país.

Con miras a la segunda vuelta, la disyuntiva es la de escoger entre dos modelos: uno es el que representa el aspirante Gustavo Petro, para quien la economía no debe girar más en torno de la actividad extractiva; en cambio Iván Duque propone aumentar la inversión, la exploración y extracción de petróleo. Al mismo tiempo piensa que Colombia debe aumentar sus reservas para cumplir con sus metas fiscales.

También se perciben claramente diferencias sobre propuestas de empleo, salud, impuestos, pensiones, educación, seguridad, justicia, defensa del medio ambiente y el acuerdo de paz, entre otras, con apoyo en las cuales se debe elegir con mucha responsabilidad. Son dos talantes, dos estilos y dos concepciones distintas de concebir el manejo de lo público.

El fenómeno político de las elecciones últimas lo constituye, sin duda, el candidato Iván Duque quien, con fuerza, vigor y juventud se está consagrando como la nueva estrella de la política colombiana. Duque es una figura fresca, renovadora, sin ataduras de ninguna naturaleza y sin compromisos con los poderes constituidos. Es una mente lúcida que ha demostrado preparación intelectual, conocimiento, ingenio y una gran capacidad para interpretar la realidad y diversidad del país; por ello es el líder de la nueva generación colombiana que se asoma al poder para propiciar un relevo en conducción de los destinos del país.

ExDefensor del Pueblo

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