HOY DIARIO DEL MAGDALENA
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Ciudadanía y política

No entiende uno por que se suceden contrariedades, antípodas e inconsistencias, donde no sería dable que tuvieren cabida. En la política, por ejemplo, que es como actividad, el noble ejercicio del poder político al servicio de los demás, el ejercicio del poder político que cada persona posee como parte del pueblo para proponer, controlar, persuadir o influir, y que comprende también el ejercicio del poder del gobernante o la autoridad a través de decisiones y políticas públicas. En una democracia, el poder político es el mismo poder público, cuya capacidad o facultad viene de la autorización del pueblo para su bienestar; de allí que no sea concebible, más sí doloroso ver y tener una clase política carcomida por el desprestigio, hecho que impone a la sociedad civil grandes responsabilidades, entre ellas la de asumir el desafío de ejercer activamente política ciudadana.

Política ciudadana que como tal, en contexto de avance democrático, es tener a grupos ciudadanos directamente involucrados en la discusión de lo público, velar por que los servidores públicos, políticos y partidos rindan cuentas sin maquillaje ni mentiras. Grupo de ciudadanos que se den a la tarea de quebrarle el espinazo al monopolio de la clase política para escoger la agenda de temas a discutir. Grupo de ciudadanos que pasen de ser testigos mudos a pronunciarse sobre las decisiones fundamentales en el contexto geográfico que fuere. Grupo de ciudadanos que obligue que las discusiones políticas sean cada día y cada vez, más abiertas y públicas, a efecto de, como sociedad civil, exponer ideas y argumentos.

Entender que ser ciudadano no significa ser un buen gobernante o ser un buen político, debiendo ser críticos, verificar sus dichos, acciones, actuaciones y motivaciones al detalle, de allí la importancia de elegir personas mostradas, demostradas, de comprobadas realizaciones, con experiencia positiva en constructos válidos, lo mismo que con conocimientos pertinentes, toda vez que confiar y elegir ciudadanos por el sólo hecho de ser tal, puede llevarnos al traste.

Entraña igualmente la política ciudadana, preparación, estudio, adentrarnos en los menesteres propios de la cosa pública. Ocuparse de los asuntos esenciales para los posibles candidatos y gobernantes que surjan, debiéndose estar preparados. Comprender que la sola transparencia no es suficiente para reducir la corrupción, porque no es cierto y tampoco lo hace, ya que ella, la transparencia, no sirve para nada si no se le acompaña con un sistema judicial eficaz, eficiente y funcional que permita castigar a los servidores públicos que no cumplan con sus deberes y obligaciones éticas, morales, constitucionales y legales. Así mismo, importa en este derrotero, activismo de datos, tenerlos y convertirlos en información y la información en actos concretos. Impone la política ciudadana hacerla propia, traducirla en bondades y entenderla como desafío por todo cuanto importa, traduce, interesa, comporta y representa para el logro y consolidación de superiores beneficios colectivos.

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