l Festival Vallenato Mar de Acordeones coronó a sus ‘Reyes’

Enderson Rada Maestre, nuevo Rey del Festival Vallenato Mar de Acordeones; Alfonso Monsalvo, segundo lugar, y  Manuel Vega, tercer puesto, acompañados de la gobernadora Rosa Cotes de Zúñiga, y Clarena Lobo, directiva del Festival.

Un ambiente de alegría, música vallenata y folclor se vivió en la final del Festival Vallenato Mar de Acordeones, que coronó a los ‘Reyes’ de la versión 22, en el Hotel y Centro de Convenciones Casa Grande en la noche del sábado anterior.

 

El cuadro de honor conformado por los ganadores quedó de la siguiente forma:

Acordeoneros Profesionales: Primer puesto, Enderson Rada Maestre; segundo lugar, Alfonso Monsalvo, y  Manuel Vega, tercer lugar.

Canción Inédita: Primer lugar, ‘Merengue nuevo’, de José Daniel Esparragoza;  segundo puesto, ‘Lindo Festival’, de  Alberto De la Rosa y Omar Pacheco, y  como tercera canción,  ‘Amiga de Dios’, de  Alirio Noche

Acordeoneros Aficionados: Primer puesto, Leidy Salgado, de Apartadó – Antioquia; segundo lugar, Jesús Valderrama, y tercer puesto, Ricardo Socarrás.

Acordeoneros Prejuveniles: Primer lugar, Pedro Flórez Isaza, de Barranquilla; segundo lugar, Albeiro Aguilar Martínez, de Cartagena, y tercer lugar, Lauwrence Noguera, de  Barranquilla.

Mejores Cantantes: Luis Charris, primer lugar;  Daniela Martínez, segundo puesto, y tercer lugar, José Daniel Esparragoza.

Los acordeoneros prejuveniles: Pedro Flórez Isaza, de Barranquilla, primer puesto; Albeiro Aguilar Martínez, de Cartagena, segundo lugar y Lauwrence Noguera, de  Barranquilla, tercer puesto.

Los ganadores recibieron una estatuilla del Festival Vallenato Mar de Acordeones por parte de la gobernadora del Magdalena, Rosa Cotes de Zúñiga; la secretaria departamental de Cultura, Matilde Maestre y los directivos del certamen Clarena Lobo e Iván Linero, ante los aplausos del público.

El Festival Vallenato Mar de Acordeones, es concebido como un espacio de generación de oportunidades para las personas con talento para la interpretación de la música vallenata y como una respuesta a la necesidad de preservar y fortalecer una de las expresiones más importantes de nuestra identidad cultural regional.

Por lo anterior, tiene como misión promocionar y organizar proyectos culturales que buscan generar un espacio de preservación y fortalecimiento de nuestra identidad cultural a través de un proceso de formación y divulgación del folclor vallenato, propiciando el estímulo y reconocimiento social al talento creativo y expresivo en  la ciudad de Santa Marta, el Magdalena, la región Caribe colombiana y el país en general.

El nuevo rey del Festival Vallenato Mar de Acordeones Enderson Rada Maestre acompañado de uno de los homenajeados de este año, el maestro Pablo López.

Uno de los homenajeados este año fue Pablo López, ‘El Rey de la Caja’. En su historia personal, Pablo tocaba en las cumbiambas en La Paz. Fue acordeonero y sus hermanos Miguel y Alfonso ‘Poncho’ López lo acompañaban.  Pero a los 14 años le cambió el instrumento a su hermano Miguel que más tarde, en 1972, fue Rey Vallenato.

Un día en la finca de Miguel Santamaría Dávila, se emborrachó el cajero y otro invitado, Fabio Lozano, dijo: Se nos fregó la parranda, porque se nos durmió Molina. Fue cuando el músico Víctor Soto recordó las habilidades de Pablo. Al oírlo tocar, Lozano dijo: Hemos perdido el tiempo oyendo a Molina. Aquí el que toca es López.

Este año el principal homenajeado fue el maestro Fabián Corrales, quien en la final interpretó varios de sus éxitos musicales.

Desde entonces Pablo fue sinónimo de percusión en el vallenato. Animó parrandas famosas. Formó parte del conjunto Víctor Soto y Los Universitarios, que llevó el vallenato por primera vez a la radio, en el programa Meridiano en la Costa, de Radio Santa Fe (entre 1960 y 1966), en tiempos en que tocarle vallenato al pueblo era un delito, dice.

Después vinieron los festivales. En 1968, Alejandro Durán se coronó primer Rey Vallenato. Pablo López lo acompañó en la caja.  A la par con su carrera en la música, Pablo se graduó de abogado en la Universidad de la Gran Colombia.

Fue comisario de la Policía Judicial en la década del 70. Después pasó a la Dirección de Impuestos Nacionales de la que es pensionado. Pero la percusión fue, en últimas, el arte por el que viajó por el mundo. Acompañó a Gabo a recibir el Premio Nobel en Estocolmo en el año 1982 y fue a las expos de Osaka (1970), Sevilla (1992) y Lisboa (1998).